En este apartado vamos hablar de una de las más célebres obras de Leonardo da Vinci, la Gioconda. Como bien sabemos, el artista es considerado como uno de los más grandes pintores de todos los tiempos y, probablemente, es la persona con el mayor número de talentos en múltiples disciplinas que jamás ha existido.
La obra es el retrato de una figura humana, aparentemente mujer, en posición de tres cuartos mirando al espectador, cuello y espalda erguidos, las manos descansan sobre una columna, al fondo un paisaje natural con rocas, árboles y otros elementos.
La Gioconda recibe esta denominación al identificarse a la modelo del retrato como Lisa Gherardini, la esposa de Francesco del Giocondo. Sin embargo, se han construido varias hipótesis sobre su verdadera identidad, incluyendo la teoría de que es un autorretrato del autor en versión femenina, un adolescente vestido de mujer, o, incluso, una mujer imaginaria.
Esta famosa pintura de da Vinci debe ser interpretada no solo desde el punto de vista físico, sino también literario filosófico, moral y esotérico, pues es un cuadro que consigue envolver al espectador en un profundo y descifrable ambiente de misterio de ahí su genialidad.
Para varios críticos de arte la parte más destacada del cuadro es, por supuesto, la enigmática sonrisa que según la penetración del ojo humano aparece y desaparece. De tal manera que si se mira directamente a la boca la sonrisa desaparece, mientras que si se mira a los ojos u otra parte del cuadro la sonrisa vuelve a aparecer en el rostro de la Gioconda. Para conseguir este efecto el artista empleo el juego de sombras que potencia la sensación de desconcierto que produce la sonrisa.
La técnica usada fue el sfumato y la perspectiva aérea mediante las cuales consigue una estupenda sensación tridimensional y de profundidad, procedimiento muy característico de Leonardo.
Otro dato curioso que observamos en la pintura es que la modelo carece de cejas y pestañas, posiblemente, Leonardo nunca le pintó cejas ni pestañas para dejar su expresión más ambigua o porque, realmente, nunca llegó a terminar la obra. O simplemente carece de cejas y pestañas debido a una restauración.
Otro dato curioso que observamos en la pintura es que la modelo carece de cejas y pestañas, posiblemente, Leonardo nunca le pintó cejas ni pestañas para dejar su expresión más ambigua o porque, realmente, nunca llegó a terminar la obra. O simplemente carece de cejas y pestañas debido a una restauración.
La Gioconda es un óleo sobre tabla de álamo, fue retocado varias veces por el autor, está protegido por múltiples sistemas de seguridad y ambientado para su reservación óptima. Es revisado constantemente para verificar y prevenir su deterioro.
Os dejo con unas parodias e imitaciones de esta gran obra de arte.
Os dejo con unas parodias e imitaciones de esta gran obra de arte.